El Club de los Muertos by Charlaine Harris

El Club de los Muertos by Charlaine Harris

Author:Charlaine Harris
Language: eng
Format: mobi
Published: 2003-01-01T05:00:00+00:00


9

Me atenazaba la escalofriante sensación que precede al peligro. Era la última noche que Alcide podría ir al Club de los Muertos: Terence le había advertido de que debía marcharse de manera muy clara. Después, estaría sola, si es que me permitían la entrada en el club sin la compañía de Alcide.

Mientras me vestía, me sorprendí deseando haber tenido que ir a un bar de vampiros normal, el típico sitio al que acuden humanos normales para alucinar con los vampiros. Fangtasia, el bar de Eric en Shreveport, era ese tipo de sitio. De hecho, la gente acudía en excursiones organizadas, pasaban la noche vestidos de negro, puede que tomando algo de sangre falsa o insertándose unos lechosos colmillos de pega. Se dedicaban a observar a los vampiros, distribuidos estratégicamente por el bar, maravillándose de su propia osadía. De vez en cuando, alguno de esos turistas cometía el error de atravesar la línea de seguridad que les mantenía seguros. Quizá le entraba a uno de los vampiros o le faltaba el respeto a Chow, el barman. Más tarde, seguramente, ese turista acabaría descubriendo dónde se había metido.

En un bar como el Club de los Muertos, todas las cartas estaban descubiertas sobre la mesa. Los humanos eran meros adornos emperifollados. Los sobrenaturales eran los verdaderos clientes.

A esas horas, la noche anterior me había sentido emocionada. Ahora sólo notaba una especie de determinación desafecta, como si me encontrase bajo los efectos de una poderosa droga que me separaba de la mayoría de las emociones más mundanas. Me puse las medias con unas bonitas ligas negras que Arlene me había regalado por mi cumpleaños. Sonreí mientras pensaba en mi amiga pelirroja y su increíble optimismo acerca de los hombres, incluso después de sus cuatro matrimonios. Arlene me diría que disfrutara de cada momento, de cada segundo, con cada gramo de entusiasmo que fuera capaz de aunar. Me diría que nunca se sabe a qué hombre puedes conocer, que quizá esta noche fuese la mágica. Que tal vez llevar medias cambiara el curso de mi vida. Eso me diría Arlene.

No puedo decir que consiguiera levantarme una sonrisa, pero me sentí un poco menos apesadumbrada mientras me deslizaba el vestido por la cabeza. Era de color champán. Y bastante escueto. Me puse unos zapatos de tacón negros y pendientes azabache, mientras trataba de decidir si mi viejo abrigo resultaría demasiado horrible o si debería limitarme a abrigarme con la vanidad y helarme el trasero. Contemplando el desgastado tejido azul del abrigo, suspiré. Lo llevé al salón sobre el hombro. Alcide estaba listo, esperándome de pie en el centro de la habitación. Justo cuando me percataba del hecho de que estaba visiblemente nervioso, Alcide tiró de una de las cajas envueltas que estaba entre el montón que había acumulado durante sus compras matutinas. Tenía esa mirada tímida impresa en la cara, la misma que le había visto cuando volví al apartamento.

—Creo que te debo esto —dijo, extendiéndome la amplia caja.

—¡Oh, Alcide! ¿Me has comprado un regalo? —ya sé, ya sé, era evidente que sí, puesto que yo ya tenía la caja en la mano.



Download



Copyright Disclaimer:
This site does not store any files on its server. We only index and link to content provided by other sites. Please contact the content providers to delete copyright contents if any and email us, we'll remove relevant links or contents immediately.